El Abuso de Poder y sus Consecuencias
Introducción
El abuso de poder es una realidad presente en muchas áreas de nuestra vida. Sus primeras manifestaciones suelen ocurrir en la infancia. Estas experiencias tempranas pueden tener un impacto profundo y duradero en nuestro inconsciente, generando patrones de comportamiento y enfermedades. El abuso de poder deja una huella profunda en nuestra autoestima y condiciona nuestro comportamiento para el resto de nuestras vidas.
El Primer Abuso de Poder: La Infancia
Durante la infancia, los adultos son las figuras de autoridad que determinan gran parte de nuestro entorno y experiencias. En este período, carecemos de las herramientas necesarias para defenderse o cuestionar las decisiones y acciones de los adultos, y sobre todo, para oponernos a su autoridad sin consecuencias, lo que nos hace particularmente vulnerables. Además, estas figuras de autoridad, principalmente papá y mamá, que son los que tendrían que cuidarnos y protegernos, muchas veces nos maltratan física y/o emocionalmente. Aquí se pierde la confianza en el amor y en la justicia.
El abuso de poder en esta etapa se manifiesta de diversas formas, como el maltrato físico, emocional, psicológico o la negligencia. Existe un maltrato incluso más doloroso para una criatura, y es que su padre o su madre la ignoren. Esto es más habitual de lo que parece. Cuando un padre o una madre deja de hablar a su hijo/a, en el interior de pequeño ser se rompe su esencia, su valía.
El abuso de poder y sus consecuencias en la infancia
El abuso de poder en la infancia es un acto de violencia que deja una marca profunda en el inconsciente.
- Pérdida de Confianza: Cuando los adultos que tienen que protegernos y salvaguardar nuestra integridad nos maltratan, en nuestro interior se rompe algo muy importante: la confianza. No solo la confianza en nuestros padres, sino también en la vida, en los demás y en la justicia. Esto genera los comportamientos y las formas en que nos relacionamos con los demás, instalando creencias como: “No te puedes fiar de nadie”.
- Desarrollo de Creencias Limitantes: Las experiencias de abuso pueden generar creencias inconscientes sobre una misma, como la sensación de no ser valiosa, la falta de confianza en las propias capacidades o la convicción de que el mundo es un lugar peligroso. También creencias negativas sobre el amor, como “el amor es peligroso” o “el amor no existe”. Una consecuencia importante es lo que llamamos en terapia una inversión en relación al amor: “Quien bien te quiere te hará llorar”, lo que nos lleva a aceptar el maltrato en la adultez como una forma de amor. Esto es terrible.
- Patrones de Comportamiento Autodestructivos: Las heridas emocionales no gestionadas pueden llevar a conductas autodestructivas, como la auto-sabotaje, la adicción o la tendencia a establecer relaciones tóxicas.
- Somatización y Enfermedades: Desde la perspectiva de la descodificación biológica, el cuerpo expresa a través de enfermedades y síntomas físicos los conflictos emocionales no resueltos. Así, el abuso de poder puede manifestarse en problemas de salud como ansiedad, depresión, trastornos alimenticios, enfermedades autoinmunes, entre otros.
- Víctimas: El abuso de poder nos coloca en el papel de víctima, ya que estamos en inferioridad de condiciones frente a nuestro verdugo y no podemos defendernos de las agresiones. El otro es quien tiene el poder. En estas situaciones se instala la rabia y el rencor porque lo vivido es injusto, y hay una necesidad inconsciente de que el agresor reconozca el sufrimiento que ha infligido a esa criatura inocente.
- Repetición de patrones: En la mayoría de casos, cuando vivimos abuso de poder en la infancia, se va a instalar un patrón de repetición y llegarán a nuestra vida personas que nos van a hacer sentir lo mismo que sentíamos cuando éramos pequeñas.
Sanar las Consecuencias del Abuso de Poder
La sanación de las heridas generadas por el abuso de poder requiere un trabajo profundo y consciente. Sanar estas heridas de la infancia nos permite recobrar nuestra integridad, lo que somos en esencia, eso que dejamos de ser para que nos amaran, para que nos aceptaran. Sanar este sufrimiento nos lleva a recuperar nuestro valor y nos permite conectar con nuestro verdadero poder.
Cuando estamos completas, la relación con nosotras mismas y con los demás se produce desde el amor y el respeto.
Conclusión
El abuso de poder, especialmente cuando ocurre en la infancia, tiene un impacto profundo y duradero en el inconsciente. Sin embargo, es posible sanar y transformar estas heridas a través de un trabajo terapéutico consciente y dedicado. Como terapeuta especialista en biodescodificación biológica, mi objetivo es ayudarte a liberar estos patrones inconscientes, permitiéndote vivir una vida más plena y saludable. Es esencial reconocer y abordar estas experiencias para romper el ciclo de abuso y construir un futuro basado en la equidad y el respeto.
Espero que este artículo te haya sido de ayuda y te anime a explorar más sobre cómo sanar las heridas del pasado para vivir una vida más consciente y libre.
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